Dr. Iván Antonio Wilson – Pediatra
La fiebre -una elevación de la temperatura corporal mediado por alguna alteración en el centro termorregulador del hipotálamo- en sus hijos se ha convertido en una de las mayores intranquilidades de los padres de familia; les genera mucha ansiedad sin contar que es uno de los principales motivos de consulta al Pediatra.
La misma es una manifestación de una respuesta inflamatoria producida por mecanismos de defensa del individuo, por lo que se considera como normal una temperatura de 37ºC con rangos de más o menos 0,5ºC.
En la edad pediátrica la principal causa de las enfermedades es viral, por lo que se debe procurar ser objetivo en la toma de la temperatura corporal mediante la utilización del termómetro y no solo mediante el uso de métodos subjetivos como lo son el tocar al paciente.
El método para tomar la temperatura varía de acuerdo a la edad del paciente
Los lactantes (0-2 años de edad): Colocado al niño en los regazos boca abajo, el extremo plateado del termómetro se lubrica con vaselina y se introduce dos centímetros apretando las nalguitas del niño por dos minutos. Se considera fiebre una temperatura rectal mayor a 38ºC.
Preescolar (2-5 años): Se debe secar el hueco de la axila y allí se coloca el extremo plateado del termómetro por cuatro minutos. Se considera fiebre una temperatura axilar mayor a 37.3ºC.
Niños mayores de 5 años: Se coloca el termómetro de mercurio debajo de la lengua por cuatro minutos. Se considera fiebre una temperatura oral mayor a 37.8ºC.
Tratamiento
En general, se debe bajar la fiebre cuando la temperatura es mayor o igual a 38.5ºC, por lo que no debemos afanarnos por tratar de bajar una temperatura de 38ºC.
Hay un grupo de niños de riesgo que por su condición patológica de fondo o por su edad, en ellos la fiebre es potencialmente peligrosa como enfermedades cardíacas, anemia crónica, desórdenes metabólicos, enfermedades neurológicas, pacientes con riesgo de convulsión febril y neonato.
Si nuestro niño presenta fiebre, antes de consultar con el pediatra podemos realizar algunas acciones; el tratamiento de elección es el acetaminofén a la dosis prescrita por el pediatra, el cual no debe ser administrado en intervalos inferiores a cuatro horas entre una dosis y otra, ya que puede correr el riesgo de intoxicación. El uso de supositorios es controversial, sin embargo puede utilizarse en niños pequeños con fiebre elevada e intolerancia a la vía oral.
Si la temperatura es mayor o igual a 39ºC y el niño es menor de cinco años o está muy irritable, además de la administración de acetaminofén, se puede recurrir a medidas físicas como baños o compresas con agua tibia por veinte minutos, fomentar la ingesta de agua, entre otros. Luego de mejorar el estado general del niño, de inmediato se debe consultar al pediatra, quien tras un examen físico y evaluación oportuna hará un diagnóstico y establecerá el manejo correspondiente.