





Los conocimientos y avances en la medicina son enormes hoy día. Sin embargo, cada año aparecen más y también desaparecen o se prueba que algunos eran incorrectos. Esto es muy entendible por los profesionales de la salud, en especial por los médicos, pero para la población general puede generar incertidumbre o incredulidad.
En ocasiones los médicos deciden aplicar una conducta en base a conocimientos no contundentes o con menor evidencia, pero si ese es el mejor nivel de evidencia, no es cuestionable. Es necesario que el médico tenga claro que no es el mejor nivel de evidencia y así debe hacerlo saber a sus pacientes, eso significa que en cualquier momento puede surgir una investigación o estudio con un mejor nivel de evidencia e incluso con hallazgos diferentes.
Cuando esto ocurre, el paciente de inmediato piensa que se le dio o hizo algo incorrecto. Eso no es cierto, esa era la verdad existente en ese momento y gracias a la persistencia de los investigadores, y en especial buscando confirmar esa verdad, se demuestra que el camino a seguir es otro.
Cuando esto ocurre el médico debe cambiar y el paciente debe entender que para su beneficio el conocimiento cambia. Es cierto que en algunos casos la conducta actual puede, además de no ser útil, ser perjudicial y por lo tanto debemos aceptar el cambio lo más pronto posible. La medicina de hoy día requiere de un médico actualizado y de un paciente pendiente de que se pueden dar cambios. Entendemos, aunque no lo aceptamos, que hay médicos que no se actualizan. Los cambios significan que el médico se actualizó y no que se equivocó.
Dr. Paulino Vigil-De Gracia
Ginecólogo Obstetra
MD, MSPOG, FACOG, APMC.
Investigador Distinguido de SENACYT
Director de Docencia e
Investigación Instituto ISCIS