

Dra. Maryorie Katyana Bernal Fernández
Dermatología
La dermatitis seborreica o caspa es una dermatosis inflamatoria común, de evolución crónica y recurrente que afecta a niños y adultos.
Es un problema estético y dermatológico de gran importancia que se presenta en la mayoría de las personas en algún momento de la vida, pudiendo llegar a afectar la autoestima.
Cuadro clínico
Aparece en áreas de piel con gran producción de sebo y en grandes pliegues corporales.
Varía de leve a grave y por lo general sigue un curso prolongado que dura semanas a meses.
Las áreas comúnmente afectadas abarcan el cuero cabelludo, las cejas, las pestañas, los párpados, los pliegues nasolabiales, los labios, detrás de las orejas, el oído externo y la región preesternal.
Características
– Máculas y pápulas sobre una base eritematosa-amarilla con escamas blancas o amarillentas y costras por lo que la piel puede tornarse rojiza, irritada y descamativa formando parches.
– Prurito (picor) de variada intensidad que suele aumentar debido a la transpiración.
– El cabello afectado se torna brillante, pegadizo, pesado, difícil de peinar y acumula suciedad fácilmente pudiendo generar mal olor y caída del mismo.
En bebés, también llamada costra láctea, es una afección inofensiva y temporal que se puede observar en recién nacidos y tiende a desaparecer habitualmente alrededor de los 3 años de edad. Aparece en el cuero cabelludo del bebé en forma de escamas cafés o amarillas, gruesas y costrosas que además se pueden encontrar en los párpados, oídos, alrededor de la nariz y en la ingle.
Causas
Desconocida pero involucra varios factores:
– Combinación de sobreproducción de grasa e irritación a causa de un hongo llamado Malasseziafurfur que es un comensal habitual en la piel, pero los pacientes con dermatitis seborreica lo tienen en mayor concentración.
– Factores genéticos: Hay estudios que afirman que se puede transmitir de padres a hijos.
– Estrés, fatiga o cansancio.
– Climas extremos.
– Mala alimentación (rica en grasas y carbohidratos).
– Deficiencias nutricionales (zinc, niacina, piridoxina).
– Ingestión de alcohol.
– Fármacos: Neurolépticos, hipocolesterolemiantes.
– Alteraciones hormonales.
– Limpieza excesiva de la piel.
– Uso excesivo de champús desengrasantes (puede generar un efecto rebote que incremente la secreción sebácea).
– Trastornos de la piel como el acné.
– Obesidad.
– Contaminación y polución ambiental.
– Afecciones neurológicas (enfermedad de Parkinson, parálisis facial, epilepsia, traumatismo craneal y accidente cerebrovascular).
– Inmunosupresión (VIH/SIDA, pacientes trasplantados).
Diagnóstico
Se basa en:
– Cuadro clínico.
– Localización de las lesiones.
– Biopsia de piel (de ser necesario).
Tratamiento
Se requiere un tratamiento inicial y uno de mantenimiento.
– Baños de agua fría con un jabón antibacterial.
– Cremas y champús medicados.
– En el caso de bebés, cepillar el cuero cabelludo con un cepillo suave varias veces al día, para ayudar a desprender las escamas.
Recordar que la Dermatitis Seborreica es una afección crónica (de por vida) que no es contagiosa, que evoluciona por brotes que pueden controlarse evitando los factores de riesgo y con un tratamiento adecuado. Hacer énfasis en que la persona más apta para diagnosticarla e indicar tratamiento dependiendo de cada paciente es el Médico Dermatólogo. De esta manera se evitan malos manejos y complicaciones a futuro, porque el cuidado oportuno y correcto de la piel da como resultado una piel sana y bella.