

Dra. Karen Miller
Dermatóloga
La caída, pérdida del pelo o alopecia es un problema común y una causa importante de incomodidad para muchos pacientes.
Dentro de las consultas más frecuentes para el Dermatólogo, están el adelgazamiento progresivo y la caída excesiva del pelo.
El adelgazamiento del pelo en cuero cabelludo, sólo se hace visible cuando la densidad de éste disminuye en más de un 50%. Para las mujeres, representa un gran reto, ya que deben cambiar la forma de peinarse para ocultar las áreas afectadas y, muchas veces reportan que las vueltas que deben dar a los sujetadores del pelo han cambiado drásticamente.
La duración de la caída es una clave diagnóstica y es fundamental para determinar la evolución y pronóstico del cuadro clínico.
Existen múltiples causas para la alopecia, pero nos enfocaremos en la caída difusa, ya que ésta es la que mayormente vemos dentro de nuestra consulta especializada.
Normalmente, se pueden caer hasta 100 cabellos por día, lo que está representado por la fase telógena del ciclo de crecimiento del pelo.
El pelo puede caerse en grupos y esto es más evidente después del lavado o peinado. Cuando la caída del pelo es excesiva puede ser indicativo de una entidad conocida como efluvio telógeno. Aunque existen otras patologías como la alopecia areata y fases activas de las alopecias cicatrizales en las que este fenómeno puede coexistir.
Cuando se presenta adelgazamiento difuso del pelo en ambas regiones temporales es altamente sugestivo de efluvio telógeno. Esta entidad es más frecuente en adultos, su inicio es súbito, y puede exacerbarse con diversos factores.
El efluvio telógeno agudo dura de 4 a 6 meses, si éste tiene un período de actividad mayor a los 6 meses se conoce como efluvio telógeno crónico; aunque en ocasiones puede remitir de forma espontánea y reaparecer, tratándose de un efluvio telógeno crónico repetitivo.
Durante la evaluación médica, se deben detallar los antecedentes patológicos.Historia de enfermedades autoinmunes, trastornos metabólicos o endocrinos, antecedente de cirugías recientes (en los últimos 6 meses), fiebre alta, embarazos, dietas o pérdida de peso de forma abrupta, ya que pueden desencadenar un efluvio.
Existen un gran número de medicamentos que también pueden asociarse a esta entidad, de los cuales podemos destacar anticonceptivos orales, algunos antidepresivos, estabilizadores del humor, anticoagulantes y ciertos retinoides.
Es importante investigar la dieta del paciente, ya que los tallos pilosos están compuestos en un 98% de queratina (proteína), las dietas bajas en proteínas o hierro afectan el ciclo de crecimiento del pelo.
Un aspecto clave es el estado psicosocial del paciente. Cualquier episodio de estrés, ansiedad, depresión o duelo puede resultar un gatillo para desarrollar un efluvio.
En resumen, la caída del pelo debe ser evaluada de forma integral por el Dermatólogo, quien además de realizar una historia clínica detallada y examen físico que incluye la tricoscopía, el tricograma y exámenes complementarios de laboratorio, pruebas de tracción y la biopsia, para llegar a un diagnóstico certero y brindarle las mejores opciones terapéuticas.