

La psoriasis es una enfermedad crónica inflamatoria de la piel, que posee una fuerte asociación genética.
Característicamente, el tiempo de recambio de las células epidérmicas se acorta. En lugar de hacer un ciclo normal de recambio (turnover) de piel de 28 días; en los individuos con psoriasis este tiempo se reduce a 4 días por lo que vemos de forma puntual descamación en diversas áreas de la piel.
Esta enfermedad puede iniciar a cualquier edad, sin embargo es raro que se presente en menores de 10 años. Sabemos que su pico máximo de aparición es entre los 15 a los 30 años. En aquellos pacientes con un historia familiar de la enfermedad o cuando la misma aparece a edades temprana, las lesiones tienden a ser extensas y el curso clínico es mucho más severo.
Epidemiológicamente, la psoriasis afecta de igual forma tanto a hombres como a mujeres.
El curso de esta enfermedad es muy variado, algunos pacientes tienen una enfermedad estable, con pocas recaídas. Existen otros pacientes con recaídas frecuentes asociadas a niveles altos de y requieren tratamiento más riguroso.
Existen distintos factores que pueden exacerbar la enfermedad; entre los más comunes podemos mencionar: infecciones, algunos medicamentos para hipertensión arterial, antiinflamatorios, antimicóticos, antibióticos; y el medio ambiente. Es ampliamiente conocido el rol que juega el componente emocional, las lesiones aparecen en pacientes con altos niveles de estrés, depresión, ansiedad severa y trastornos obsesivos.
Clínicamente, la psoriasis se caracteriza por la aparición de una o varias placas rosadas, descamativas, la escama generalmente es gruesa, color plateado y no se desprende con facilidad. Generalmente, las lesiones se presentan de forma bilateral y simétrica sobre todo en codos, rodillas, espalda baja y zonas extensoras de las extremidades; sin embargo hay casos en los que puede llegar a cubrir casi toda la superficie corporal.
Muchos pacientes consultan al sentir prurito (picor) intenso o por el estigma social con las lesiones localizadas en áreas visibles.
Puede afectar las uñas, muchas veces es confundida con hongos en las mismas, ya que podemos ver cambios en la coloración, engrosamiento y distrofia no solo en manos si no en pies.
Cuando afecta el cuero cabelludo, se confunde muchas veces con caspa o dermatitis seborreica por lo que el tratamiento con productos comerciales es infructuoso, hasta que el paciente es evaluado por el dermatólogo y manejado adecuadamente.
Hoy en día, la psoriasis se trata como una enfermedad metabólica ya que muchos pacientes no solo presentan síntomas en la piel, pueden coexistir otras comorbilidades como hipertensión arterial, colesterol alto y trastornos del corazón.
El diagnóstico de la enfermedad es clínico, y se puede corroborar con una biopsia de piel.
Frecuentemente, se utiliza una escala para medir la severidad del cuadro y como la enfermedad afecta la calidad de vida del paciente.
En la actualidad, contamos con distintas modalidades terapéuticas que nos ayudan a obtener un control adecuado de la enfermedad. Estas van desde tratamiento tópico, sistémico y el uso de la terapia biológica con excelentes beneficios a largo plazo.