

DR. TIBERIO RODRÍGUEZ – DERMATOLOGÍA
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que resulta de una predisposición genética combinada con activadores ambientales; por ejemplo, traumas físicos, infecciones y ciertos medicamentos.
La manifestación clínica más frecuente es una lesión rojiza, elevada, como una placa bien delimitada y con descamación intensa blanquecina.
El 2 % de la población mundial sufre de psoriasis. Puede aparecer a casi cualquier edad, desde la infancia hasta la tercera edad. Como se mencionó, está asociada a predisposición genética por lo cual hay probabilidad de heredar la enfermedad.
Las lesiones se localizan con más frecuencia en áreas de salientes óseas como codos, rodillas, superficies extensoras de los brazos y piernas, región sacra y piel cabelluda; pero puede afectar toda la superficie cutánea, incluyendo área umbilical, palmas, plantas y genitales. También se presenta en uñas y causar problemas en las articulaciones.
Las lesiones en las uñas se presentan como pequeños hoyuelos, engrosada, blanquecina, rugosa. Tiende a confundirse con hongos.
Puede ser juvenil o del adulto según su edad de aparición y se puede sub clasificar según sus manifestaciones, por ejemplo, psoriasis de las uñas, psoriasis del cuero cabelludo, psoriasis “en gotas”, psoriasis palmo plantar, etc. Hay formas especiales como la psoriasis eritrodérmica (cuando afecta toda la superficie de la piel) y la psoriasis pustulosa (aparecen pústulas en las placas de psoriasis).
La evolución de la psoriasis es crónica por brotes. Puede desaparecer, permanecer igual o empeorar. Es raro que ponga en riesgo la vida del paciente.
Es importante mencionar la artropatía psoriasica, la artritis asociada a psoriasis. Ocurre en aproximadamente un 3 % de los pacientes con psoriasis, pero en algunas áreas del mundo puede ser más frecuente. Se manifiesta con inflamación de las articulaciones de las falanges de las manos y de los pies. Puede llevar a la rigidez y deformidad permanente, por lo que es importante la consulta con Reumatología al evidenciar los primeros síntomas.
La psoriasis se relaciona con la obesidad, alteraciones de los lípidos y riesgo cardiovascular, por lo que se relaciona parte del síndrome metabólico. Los varones con psoriasis tienen tres veces mayor riesgo de infarto del miocardio. Es importante el manejo conjunto con los especialistas de acorde al cuadro clínico que presente el paciente.
Es una enfermedad que puede ser difícil de tratar, pero tenemos muchas opciones a disposición. Es muy importante la comunicación con el paciente y apoyo sicológico si es necesario, debido a las repercusiones sociales de la misma.
Cuando las lesiones son pocas se prefiere en tratamiento tópico con cremas tipo corticoides, vaselinas saliciladas, alquitrán de hulla, derivados de la vitamina D entre otros.
En las formas extensas diseminadas se usan medicamentos sistémicos, como el metotrexate, acitretín y ciclosporina. También se utiliza la fototerapia sola o combinada con otros tratamientos.
Actualmente los de primera elección son los biológicos como etanercept, adalimumab y ustekinumab entre otros. Todos estos medicamentos deber ordenados y evaluados por un dermatólogo.
En algunos países, Panamá incluido, existen asociaciones que ayudan y apoyan a los pacientes con psoriasis.