Dra. Julissa Garisto
Ginecología y Obstetricia
Ginecología Infanto-Juvenil
El término anticonceptivo se asocia inmediatamente a la prevención de embarazo, sin embargo, desde la aparición de la “píldora” en los 60, la evolución de los métodos anticonceptivos ha sido notable. Se han extendido las investigaciones y desarrollado nuevas presentaciones y formulaciones, y un hecho interesante, se han encontrado beneficios adicionales que pueden ser, por un lado aprovechados por las usuarias y por el otro, ser aplicados a ciertas condiciones médicas, independientemente de la finalidad anticonceptiva.
Los anticonceptivos hormonales contienen una o dos tipos de hormonas (estrógenos y progestinas) y, en la actualidad existe una amplia gama de presentaciones: Píldoras, inyecciones, dispositivos intrauterinos con levonorgestrel, anillos vaginales, parches, implantes subdérmicos.
¿Qué tipo de condiciones médicas pueden ser tratadas con anticonceptivos hormonales?
- Síndrome de ovarios poliquísticos: En el cual la mujer tiene ciclos irregulares asociados a anovulación, permite no sólo la corrección del ciclo, sino el manejo de síntomas relacionados como el acné y crecimiento de vellos en zonas no usuales.
- Endometriosis: Una condición que puede producir dolor pélvico crónico e infertilidad, ayuda a controlar el dolor y la progresión de la enfermedad.
- Amenorrea (ausencia de menstruación) y ciclos menstruales poco frecuentes: Provocados principalmente por bajo peso, exceso de ejercicio físico, estrés, daño a los ovarios por radioterapia, quimioterapia o resección quirúrgica, alteraciones endocrinas, enfermedades crónicas.
- Dismenorrea (dolor menstrual): Cuando los analgésicos no son suficientes para mejorar los cólicos menstruales, se puede agregar un anticonceptivo hormonal.
- Flujo menstrual abundante y prolongado: Algunos tipos pueden disminuir la cantidad y duración del flujo menstrual. Incluso pueden suprimir la menstruación, efecto que favorece a aquellas mujeres con sangrados anormales que pueden causar anemia, como por ejemplo, fibromatosis uterina, adenomiosis, alteraciones de coagulación, enfermedades crónicas.
- Acné, seborrea, exceso de vellos: Se controlan mediante el uso de hormonales que tengan mayor efecto antiandrogénico.
- Síndrome premenstrual: Para mejorar los cambios de ánimo, hinchazón, sensibilidad mamaria que pueden aparecer entre 1 a 2 semanas antes de la menstruación.
- Perimenopausia: Permite corregir los síntomas clásicos como los sofocos, cambios de ánimo e irregularidades del ciclo, que incluyen desde los atrasos menstruales hasta las menstruaciones abundantes en cantidad y duración.
En adolescentes es bien conocido su uso y seguridad, desde edades tempranas. Las indicaciones más comunes son los sangrados uterinos anormales, dismenorrea, endometriosis y síndrome de ovarios poliquísticos.
Para iniciar el uso de anticonceptivos hormonales, ya sea para prevención de embarazo y/o para el manejo de alguna condición médica, se debe contar con la evaluación de un especialista en Ginecología, que va a determinar la mejor opción en cada caso, tomando en cuenta ciertos criterios importantes de elegibilidad. También le va a explicar sobre los posibles efectos secundarios, las indicaciones de uso y el seguimiento que se necesita.
